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Después de perder mi terror tecnológico con el Facebook, me lanzo a la aventura definitiva, el plasmar mis vivencias, recuerdos y en otras ocasiones aventuras imaginarias. En este blog sin mas preámbulos, os doy a todos la bienvenida a este rincón del guerrero consciente.

sábado, 15 de septiembre de 2012

LA TÍA EVA


Estaba empezando a estar harto de esas llamadas, siempre se ha dicho que las personas muy mayores pasan a comportarse como niños, en una especie de retroceso al pasado vuelven en algunos casos a comportarse de una forma egoísta y caprichosa, pero aquello estaba ya pasando de castaño oscuro.
-Ernesto, tienes que venir ahora.
-¿Qué pasa ahora papa?.
-Tu madre ha vuelto a ver a la Tía Eva.
-Eso es imposible, la Tía Eva esta en la residencia, y no sale nunca de allí, no puede. Si ni siquiera recuerda quien es.
-Tienes que hablar con tu madre.
Hoy no trabajaba, y en realidad no me supone tanto trastorno ya que vivo a veinte minutos en coche de la casa de mis padres, pero tengo que reconducir la situación, mis padres se están empezando a comportar como niños con terrores nocturnos.
-La Tía Eva, estaba anoche en nuestra habitación, estábamos en la cama tu padre dormía, y yo estaba desvelada mirando al techo, como siempre últimamente, desde que pasan estas cosas me da terror cerrar los ojos y abandonarme al sueño. Entonces una luz roja comenzó a brillar justo enfrente de la cama junto al armario, tu padre siguió durmiendo por que la luz no molestaba, era un brillo como el de las antiguas bombillas de los cuartos de revelado fotográfico.
Pero la intensidad de esta luz iba en aumento, y de repente en el centro del brillo, apareció la figura de la Tía Eva, y me sonreía,  pero de una forma horrible, mas que una sonrisa me enseñaba los dientes, como si fuera un lobo o algo así. Entonces grite, tu padre despertó y la aparición se fue, de repente, simplemente dejo de estar allí.
-Mama eso es imposible, la tía esta en la residencia San Marcial en la calle de las Nueces, nunca sale de allí, casi no puede andar, y además la pobre no sabe ni donde esta, a mi me recuerda a duras penas, y en ocasiones, ni siquiera se recuerda a si misma. Te imaginas esa sensación mama, sabes lo que debe ser despertarte por las mañanas y no saber quien eres, no recordar como te llamas, levantar la cabeza ver a tu compañera de habitación, y no saber quien es esa señora ni que hace allí.
Tiene que ser una sensación que le debe de arrancar las pocas ganas de vivir que le quedan a la pobre tía Eva, y además suponiendo que sea verdad y tu hermana pudiese escaparse  de la residencia por las noches con el único fin de martirizarte, ¿por qué iba a hacerlo?, toda la vida estuvisteis muy unidas, es una persona dulce y buena, ella os ayudo muchísimo a la hora de criar a mi hermana y a mí, y ahora me dices que se dedica a hacerte la vida imposible, perdona pero es una estupidez.
Tras tener esta desagradable discusión con mis padres, acompañado de mi fiel amigo el café con leche, le doy vueltas a todo este asunto en la barra de la cafetería situada justo debajo de el piso de mis padres, en la Plaza de Honduras de Valencia, un agradable barrio pegado al campus universitario, y cuyos locales de ocio siempre están animados por los “erasmus” (1), que junto con los estudiantes Españoles pero naturales de Teruel, o pueblos situados a cierta distancia de Valencia, ocupan la diversa oferta de viviendas de alquiler del barrio, en el cual hoy en día las personas mayores que llevan treinta años viviendo en el, como mis padres, son absoluta minoría.
Hoy mi madre me ha dicho que la tía apareció en el centro de una luz roja enseñándole los dientes,  hace cuatro noches aseguro, que cuando se levanto para ir al baño sobre las tres de la mañana, cuando cerro el grifo del baño, este se volvió a abrir, ella asegura que nuevamente lo cerro y quedándose fijamente mirándolo, podo ver como el pomo del grifo monomando giraba el solo, y salía el agua, entonces noto una presencia y al trasluz, a través de la mampara de la ducha, distinguió sin genero de dudas, la silueta de su hermana.
Otra vez, oyó el ruido de unos vasos caer al suelo, también en mitad de la noche, siempre de madrugada, asegura que mi padre siguió roncando (esto si me lo creo), pero que ella se sobresalto y se levanto todo lo rápido que sus piernas y cadera de 81 años le permiten. Y según mi madre, allí en el centro del pasillo, frente a la puerta de la cocina, desde la cual se precipitaron los vasos, se encontraba la tía Eva, con sus ojos despidiendo un brillo sanguinolento, inmóvil clavando dichos ojos en mi madre, que aterrada huyo gritando hacia su habitación, esta última pesadilla, salio cara, ya que mi madre dio de bruces en el suelo, y tuvo que pasar dos semanas en cama con todo el cuerpo dolorido.
Decido dejar de pensar en ello, mañana será otro día y tengo otras muchas cosas de las que preocuparme, y además cosas reales.
Rrrrrriiiiiinnn, ya, ya , joder el móvil, a las 02,15 de la mañana.
-Ernesto, ven corriendo, la mama, esta……muy mal.
Tras recibir esta llamada de mi padre, me vestí atropelladamente y tras recorrer a toda velocidad parte de la ciudad, estoy entrando en casa de mis padre.
Mi padre esta sentado en el comedor, llorando como hipnotizado.
-Papa, ¿qué ocurre?.
-Mira en el baño.
Giro mi cabeza, y veo unas piernas de mujer anciana que asoman de la puerta del baño, extendiéndose  en el pasillo, es mi madre que esta caída en el cuarto de baño, me asomo al mismo, y casi no puedo describir lo que veo allí esta ella, toda la cara arañada, como si hubiese peleado con un gato, pero creo que se lo a hecho ella misma, pues sus uñas están sanguinolentas. Le trato de buscar el pulso, pero es evidente que ha muerto,  y aunque veo mal ya que mis ojos están anegados de lágrimas. Distingo en su mano derecha una fotografía, sujeta por unos dedos rígidos, en la foto, vieja foto en blanco y negro posan en su juventud mi madre y su hermana mayor la tía Eva, pero, no me lo puedo creer, delante de mi, el rostro de mi madre se esta disolviendo en la foto, como si en ese instante se estuviese velando la imagen.
Me alejo del cadáver y corro por el pasillo, paso rozando a mi padre, que sigue apenas sollozando, esta en estado de shock, sentado con la mirada fija en ….la nada. No me detengo a consolarle, no tengo tiempo, tengo que llegar al teléfono.
-Si, Residencia San Marcial dígame.
-Necesito hablar con Eva González.
-Pero bueno, sabe usted que son las tres de la mañana.
-Si lo se , soy su sobrino Ernesto, es importantísimo, su hermana Luisa, mi madre, acaba de morir, y es necesario que hable ahora mismo con la Tía Eva. Se que esto es muy raro, pero de verdad confía en mí, es necesario.
Al otro lado de la línea, note una vacilación, y tras unos segundos escucho la voz de la enfermera.
-Vale de acuerdo, despierto a su Tía y paso la llamada a su habitación, será apenas un minuto, esta en este mismo pasillo.
Transcurren unos segundos, que se me antojan horas. Y de repente la escucho.
-Si dígame, ¿qué pasa ?, ¿quién es?.
Es ella, la voz de una anciana de 86 años, que conozco muy bien, la Tía Eva. Como no podía ser de otra manera, esta en la residencia. No se que decir y cuelgo el auricular. Y en ese momento escucho un fuerte  ruido, en el piso de arriba, en la casa se supone vacía, de la persona con la que hable hace un momento.
Esto es demasiado, mi corazón esta desbocado mientras recorro los dos tramos de escaleras, en apenas unos saltos. Creo que las llevo, si en el llavero llevo unas llaves de emergencia de la casa de la Tía.
-Hola Ernesto, que bien has venido a verme, no me importa que subas tan tarde, hoy no podía dormir, quédate un rato.
Las manos me tiemblan, no consigo hablar, mi mente no coordina nada, estoy muerto de miedo, y eso que delante tengo a una persona que es mi segunda madre, frente a mí, sentada en el salón de la casa, con su bata puesta y unas zapatillas amarillas de andar por casa, tiene buen aspecto, igual de mayor, pero se la ve mejor que en la residencia, sentada frente a mí como si tal cosa esta mi Tía Eva.

(1) "erasmus", son los estudiantes de intercambio de Universidades extranjeras, que realizan sus estudios superiores por un año en España, integrados en el programa de la Unión Europea del mismo nombre.

Fin de la Tía Eva.
En Valencia (España), a septiembre de 2012.
Carmen y Ernesto.

Epilogo: Como habrán notado, ademas de por mí, esta historia esta firmada por mi mujer Carmen, ella ademas de ser la persona (maravillosa persona), que me animo a escribir, llevada por el aburrimiento es la autora de la idea base de este relato, que yo me limite a desarrollar. Aburrimiento por otra parte provocado por la inactividad forzada ante las fuertes molestias, que le generan nuestros dos todavía no nacidos, pero aparentemente ya muy rebeldes hijos.

4 comentarios:

  1. ¡¡Cooorcho…!! Bien podía la tía Eva estar quietecita en un sitio. A mí eso de la ubicuidad, francamente, me da “repeluque”. ¿Dónde estaba al final y en la realidad? ¿En la residencia? ¿En su piso? ¿Muerta y con ganas de asustar al prójimo además de cargarse a su hermana? Bueno. Lo has logrado: A ver ahora quién es el guapo que me acompaña al piso de arriba o a bajar hasta mi sótano…
    Buen relato. Ahora tu señora que te inspire otra cosa…La problemática del bisoñé en los calvos, por ejemplo. No es que tenga mucho interés, pero da menos miedo.
    Un abrazo, hermano.

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    1. Hola Perlita, La tía Eva estaba en ambos sitios, podría decirse que su "lado bueno" estaba en la residencia, y su "lado malo" en el domicilio. Todas las personas si lo piensas bien, estamos dotadas del don de la ubicuidad. Al tener perdidas sus facultades intelectuales, Eva estaba gobernada por su inconsciente, o dicho de otra forma por su instinto, y Perlita ¿quien no ha deseado nunca el mal a una persona conocida, o incluso próxima, secretamente avergonzándose de lo que sentía? claro que si, todos al menos alguna vez. Me alegro de que hayas estado al menos tenuemente atemorizada (esa es la idea), y te aseguro que tengo narraciones bastante mas duras, esta fue poderosamente edulcorada por mi esposa.
      En cuanto a la idea que aportas no esta mal, pero me temo que no voy a seguir tu consejo, y no se lo voy a plantear a Carmen, me aterra escribir sobre esa temática o sobre la angustia que provoca el portar calcetines blancos con zapatos. jejeje...
      Un abrazo para ti Perlita, y gracias por tu amable comentario.

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  2. Enhorabuena, un nuevo relato, más fresco y en la línea que te gustan. Y por cierto, ¡viva las ideas de Carmen y que no falten!

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  3. Gracias Sonia, si es mi línea, soy consciente de ser bastante mono temático. Pero aunque de verdad lo intento, soy incapaz de escribir sobre héroes perfectos y mujeres encantadoras que se enamoran y se casan.
    Ya sabes noche, frío, viento, nieve........lobos, eso se me da mejor.
    Viva toda Carmen, no solo sus ideas, jeje.
    Un abrazo, amiga.

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